Etapa final para la sonda OSIRIS-REx de la NASA, que encara ya sus últimos pasos antes de hacer touchdown sobre
Bennu con el objetivo de tomar muestras de la superficie del asteroide y retornarlas a la Tierra.
Una vez las muestras lleguen a la Tierra, los científicos tendrán muestras de extraordinario valor para caracterizar
el asteroide a través del análisis de las mismas. Pero antes de tocar la superficie de Bennu la sonda debe repetir
un protocolo que asegure el éxito de la misión.
Toca hacer el último ensayo, y para ello, mañana 11 de agosto la sonda OSIRIS-REx repetirá el sobrevuelo que ya hiciera
el pasado mes de abril en el que ejecutará la misma maniobra que la llevará para recoger las muestras en el
asteroide.
Esta fase de la misión ha sido denominada Matchpoint, y es la primera vez que la sonda va a volar junto a la rotación
del asteroide sobre el que ahora se encuentra en órbita. Este ensayo premitirá al equipo de la misión familiarizarse
con las maniobras de aterrizaje al tiempo que permitirá verificar nuevamente todos los procesos que deberán ser
ejecutados por la sonda.
Entre estos procedimientos se verificarán el hardware de navegación y de las imágenes. En este momento la sonda se
encontrará a tan solo 36 metros sobre el punto de aterrizaje, el máximo acercamiento hasta el momento.
La sonda fue lanzada en 2018, y según el plan general de la misión, estaba previsto que su "toque" fuera en julio
de 2020, pero diversas modificaciones del plan de vuelo retrasaron el mismo hasta el mes de octubre, cuando se
producirá el proceso final, denominado Touch & Go, en relación al plan previsto para la nave, tocar la superficie del
asteroide y tras recolectar muestras de la misma, irse, retornar al espacio para enfilar su viaje de retorno a la
Tierra con la preciada carga asteroidal. Se estima que la recolección de material alcance los dos kilos de peso.
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