Próximamente será enviado a Marte el rover Mars 2020 de la NASA, tal como adelantábamos en números anteriores de nuestra revista, para hacer una serie de investigaciones profundas en las que se pretende incluso detectar trazas de posibles restos orgánicos o fósiles. La cuestión es que el laboratorio necesita ser calibrado cuando llegue a su destino, y qué mejor forma de hacerlo que con una muestra cuya composición nos es conocida. De esta forma, la sonda llevará a bordo un fragmento de la shergottita marciana SaU 008.
Entre los objetivos de esta misión está el de recolectar muestras de la superficie marciana para que sean retornadas a la Tierra en futuras misiones, pero previamente serán analizadas mediante un láser capaz de caracterizar muestras tan finas como un cabello humano.
Para lograr la precisión adecuada al láser, el instrumento utilizará un objetivo de calibración, que en este caso es práctica habitual en todos los instrumentos de análisis enviados anteriormente. Con Mars 2020 viajará un fragmento del meteorito marciano, que retornará a su planeta en un sorprendente viaje de millones de kilómetros.
Aún con la limitación que supone que un meteorito marciano es una muestra geológica que no caracteriza la totalidad de muestras del terreno, no dejan de ser muestras de especial interés, y que sin duda conseguirá el objetivo de calibrar el láser a bordo del rover.
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