Si en un libro sobre monedas encontramos un capítulo dedicado a “numismática extraterrestre”, probablemente pensaríamos que se trata de una broma. Sin embargo dicho capítulo podría existir perfectamente, ya que por una parte existen varias monedas emitidas en tiempos del Imperio Romano donde figuran objetos extraterrestres, y por otra parte, en tiempos muy recientes, se han acuñado algunas piezas utilizando elementos que provienen de fuera de nuestro Planeta.
Aproximadamente todos los días caen sobre la Tierra unas 300 toneladas de materiales procedentes del espacio exterior, en su mayor parte son pequeños fragmentos conocidos como meteoritos, que se desintegran al entrar en contacto con la atmósfera terrestre, tan sólo unos pocos tienen suficiente tamaño para conservar sus características e impactar contra el suelo, si bien en su mayor parte se estrellan en los diferentes océanos del Planeta sin llegar a ser observados. Afortunadamente los impactos de grandes asteroides son excepcionales, si bien han marcado la evolución de los seres vivos durante millones de años (las extinciones masivas ocurridas hace 225 y 66 millones de años y que marcan la transición entre las Eras geológicas Primaria, Secundaria y Terciaria fueron debidas a grandes impactos de cuerpos extraterrestres).
Se han encontrado objetos fabricados en hierro y que pertenecen a la Edad del Bronce(1), cuando todavía la humanidad no tenía conocimientos suficientes de metalurgia para obtener este metal de los abundantes minerales que lo contienen. En 1911 fueron halladas nueve cuentas de collar de hierro en las excavaciones de Gerzeh, cuyo análisis metalográfico dio un contenido en niquel del 7,5%, confirmando su origen extraterrestre. En la tumba de Tutankamon, a comienzos del siglo XX, se encontraron 18 objetos de hierro meteorítico, el más famoso es una daga, y también se han hallado objetos similares en África y China. En época relativamente reciente, el diez de abril de 1621, un gran meteorito de hierro cayó en la India, y el emperador Jahangir ordenó fabricar con él dos espadas, una daga y un cuchillo, atribuyéndose a estos objetos propiedades mágicas. Actualmente sólo se conserva el cuchillo en una institución científica de Washington.
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