Desde que en 1986 un equipo alemán de prospecciones petrolíferas hallara hasta 65 meteoritos en el desierto de
Sahara en Libia, durante sus trabajos, el flujo de hallazgos y caídas de rocas del espacio en el gran desierto
se ha disparado, propiciado por la nueva fiebre que genera el valor económico de éstas rocas.
Tanto es así, que en países como Marruecos, Argelia, Mauritania, Libia, Egipto, Mali y Sáhara Occidental se han
convertido en la meca de buscadores y científicos que persiguen a los meteoritos por las extensas planicies, en
un intento de localizar o incluso adquirir fragmentos procedentes del espacio exterior.
Es de esta forma como en el
Museo Canario de Meteoritos llevamos años trabajando
en colaboración con buscadores nativos para recuperar muestras científicas para investigación. Ya en 2015 tuvimos
ocasión de clasificar la primera eucrita monomíctica, y desde ahí, otros muchos meteoritos como
MEDERDRA o NWA 11397
han sido recueprados y clasificados por el investigador José García, responsable del
Laboratorio Petrográfico de Meteoritos del
Museo Canario de Meteoritos.
Este año, a pesar de la situación de crisis sanitaria mundial, los equipos de rastreadores localizaron en el desierto
marroquí una nueva eucrita de un kilo de peso que llegó al laboratorio el pasado 31 de julio para su análisis y
clasificación. La roca, propiedad actual de una coleccionista privada, será clasificada en las próximas fechas
para que pueda contar con su documentación oficial correspondiente.
"Son muchas las muestras que llegan para ser analizadas al laboratorio, procedentes de todo el mundo", asegura el
investigador, quien además hace hincapié en las características de gran interés geológico de las eucritas como la que
ahora se prepara para clasificar.
Y es que no es para menos, ya que las eucritas se originaron como flujos de lava en el asteroide (4) VESTA
y llegaron a la Tierra después de sufrir dos importantes impactos hace unos mil millones de años, en los que se
formaron las cuencas de impacto Rehasilvia y Veneneia. Posiblemente se trate del asteroide que más
rocas envió a la Tierra, a pesar de su tamaño, reducido en comparación con nuestro planeta, de tan solo 530 km de diámetro.
Para aquellos interesados en submitir muestras al laboratorio, pueden dirigirse a la página web del Laboratorio Petrográfico de Meteoritos.
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