El 12 de febrero de 1947, hacia las 10:30 a.m., Apareció en los cielos repentinamente la mayor estela
observada por el hombre en todo el siglo XX. Acababa de suceder la caída del meteorito Sikhote-Alin que a su
entrada a través de la atmósfera dejó un rastro de polvo oscuro de hasta 35 kilómetros de largo.
El meteorito de Sikhote-Alin está clasificado como un meteorito metálico del grupo químico IIAB
que presenta una estructura de octaedrita gruesa. Su composición química es 93% hierro,
5,8% níquel, 0,42% cobalto, 0,46% fósforo y 0,28% azufre, conteniendo también trazas de galio, germanio e iridio.
Igualmente se ha documentado la presencia de faenita, plessita, pirrotina troilita, cromita, kamacita
y schreibersita. El meteorito cayó en las montañas Sikhote-Alin, del territonio marítimo de Rusia.
La trayectoria de caída fue en un ángulo de 41 grados. En 300 kilómetros a la redonda fue sentido el estruendo
de la explosión y el resplandor desprendido por el cuerpo. Se produjo la colisión del meteorito a 440 kilómetros
al noroeste de Vladivostok, cerca de Luchegorsk. Durante varias horas, los testigos documentaron la presencia
de una estela de polvo oscuro dejado por el bólido, de unos 35 kilómetros de longitud.
El bólido atravesó la atmósfera en una trayectoria de Norte a Sur sobre las montañas del norte de Vladivostok.
Los testigos la describieron como una gigantesca bola de fuego, tan grande como el Sol, pero aún más brillante.
Miles de testigos aterrados pensaban que se encontraban ante un ataque nuclear. La explosión sobre las montañas
Sikhote Alin despidió una onda de presión tan violenta que los cristales de las ventanas se rompieron. El suceso
sirvió de escena a un pintor que en esos momentos se encontraba pintando una escena del pueblo. No dudó en dejar
plasmado lo que sus ojos estaban viendo.
Este cuadro puede admirarse en el Museo Mineralógico de Moscú. El evento fue conmemorado por el gobierno ruso,
que en 1957 sacó un sello postal del cuadro como recuerdo del décimo aniversario de la caída del meteorito.
El meteorito se destruyó en la fase de caída, y miles de fragmentos regaron las montañas. El peso total conocido
en la actualidad supera los setenta mil kilos. El despliegue soviético para la investigación del suceso y la recuperación
de fragmento no tuvo precedentes, llegando a ser considerado el fenómeno meteorítico más documentado del siglo pasado.
Ahora, el Museo Canario de Meteoritos incorpora varios ejemplares nuevos del meteorito Sikhote Alin, que conservan la costra
de fusión y características típicas como los regmagliptos o las líneas de flujo.
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