Itokawa sería un asteroide cercano
a la Tierra bastante normal,
una masa rocosa de solo unos
pocos cientos de metros de diámetro,
que orbita el Sol entre
innumerables otros cuerpos celestes
y cruza repetidamente la
órbita de la Tierra, si no fuera
por el hecho de que en 2005 se
convirtió en objeto de una visita
procedente de nuestro planeta.
La agencia espacial japonesa
JAXA envió la sonda Hayabusa a
Itokawa, la cual recogió muestras
de su suelo y las trajo de vuelta
a la Tierra, por primera vez en la
historia de los viajes espaciales.
Este valioso cargamento llegó en
2010 y desde entonces, las muestras
han sido objeto de intensas
investigaciones.
Un equipo de científicos de Japón
y de Alemania ha conseguido recientemente
sonsacar un secreto
hasta ahora desconocido de algunas
de estas diminutas partículas
de la muestra: la superficie de los
granos de polvo está cubierta de
diminutos cristales de hierro muy
finos. Esta observación sorprendió
al Prof. Falko Langenhorst y
al Dr. Dennis Harries de la Universidad
Friedrich Schiller de Jena.
Después de todo, en los últimos
10 años, equipos de investigación
de todo el mundo han estudiado
exhaustivamente la estructura
y la composición química de las
partículas de polvo de Itokawa, y
nadie había notado esos “flakes”
de hierro. Solo cuando el investigador
japonés Dr. Toru Matsumoto,
que pasó un año como
científico visitante en el grupo de
Mineralogía Analítica del Instituto
de Geociencias de Jena, examinó
las partículas con un microscopio
electrónico de transmisión, pudo
localizar los cristales utilizando
imágenes de alta resolución.
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