El pasado 29 de diciembre, el sistema
Asteroid Terrestrial-Impact
Last Alert System (ATLAS) detectó
el acercamiento de un cometa
procedente de los confines del Sistema
Solar. Se cataloga con su número
correspondiente, y se apoda
con las siglas de este sistema, cuya
misión es la detección de objetos
potencialmente cercanos a la Tierra,
en su máximo acertamiento al
planeta. Lo cierto es que prometía
mucho, ya que los astrónomos
estimaban que rivalizaría en brillo
con Venus en el cielo nocturno.
Su localización haría fácil su avistamiento
y seguimiento desde
cualquier parte del hemisferio
norte. Incluso nosotros mismos,
el equipo de la Revista METEORITOS
se lanzó en su búsqueda. Lo
cierto es que a primeros de abril
la cosa cambió drásticamente. Todos
los modelos predecían que en
su máximo acercamiento al planeta,
estimado durante la primera
quincena de abril, el cometa incrementaría
notablemente su brillo,
pero fue todo lo contrario.
El brillo
del cometa se fue atenuando entre
el 5 el 8 de abril, como observaron
Quanzhi Ye (University of
Maryland) y Qicheng Zhang (Caltech)/
Ningbo Education Xinjiang
Telescope, y el que en un principio
mostraba una magnitud estelar de
19, alcanzó a finales de marzo la
magnitud 8. La previsión era que
alcanzara magnitud 0, o valores
muy cercanos, lo que haría del cometa
un cuerpo observable a simple
vista.
El cometa 2I / Borisov, descubierto
en agosto del año pasado y primero
registrado de procedencia interestelar,
también se ha fracturado.
El seguimiento del cometa interestelar
que en imágenes continuas
viene realizando el HST
(Telescopio espacial Hubble) lleva
mostrándonos desde su descubrimiento
un único núcleo brillante,
sin embargo, 2I/Borisov está cambiando
su aspecto de manera significativa.
Tanto es así que las imágenes a
partir del 30 de marzo el núcleo del
cometa se mnuestra claramente
no estelar, y se perciben dos componentes
no resueltos y separados
por 0,1 segundo de arco, equivalente
a unos 180 kilómetros, ambos
alineados con el eje principal
de la coma. Esta apariencia de dos
fragmentos se interpreta como la
expulsión de un gran fragmento
del núcleo cometario.
Según reportan varios científicos
en The Astronomer’s Telegram, si
I2/BORISOV también se
rompe
la expulsión ocurrió el 23 de marzo,
entonces la velocidad estimada
del plano del cielo es de 0,3 metros
por segundo. Esto es típico de las
velocidades de separación observadas
en los cometas divididos y
comparable a la velocidad de escape
gravitacional del núcleo de
radio menor al kilómetro de 2I /
Borisov. Desde entonces se vienen
realizando diversas observaciones
adicionales de HST para monitorear
el desarrollo de este evento.
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