Marzo ha sido un mes intenso. Un equipo de científicos japoneses han anunciado, tras profundas investigaciones de las muestras del asteroide Ryugu recuperadas por Hayabusa 2, un descubrimiento de vital importancia para dar respuesta a una de las grandes incógnitas de la ciencia, la aparición de la vida en nuestro planeta.
Ha sido gracias a los análisis de los cinco gramos de material recolectados en un asteroide primitivo, Ryugu, un cuerpo carbonáceo de unos 900 metros de diámetro que se mueve en una órbita entre nuestro planeta y Marte. Este asteroide es, para un científico, una cápsula del tiempo. Un cuerpo que permanece intacto desde los orígenes del sistema solar y cuya composición ha desvelado que se trata del material más primigenio y a partir del cual se formaron todos los cuerpos planetarios de nuestro sistema solar.
La sonda Hayabusa 2 partió desde la Tierra en diciembre de 2014. Una misión de la Agencia espacial Japonesa pionera en visitar un asteroide, extraer unas muestras y devolverlas a la Tierra. Tras la misión Hayabusa 1, que apenas logró una diminuta fracción de Itokawa, esta nueva misión disparó unos proyectiles contra la superficie del asteroide, levantó parte de su superficie, y recolectó las muestras inalteradas del interior. Ahora sí, las muestras han sido clave para descifrar sus secretos.
En Diciembre de 2020, la cápsula hermética y blindada de la misión atravesó la atmósfera terrestre y aterrizó en el desierto al Sur de Australia. En su interior, las preciadas muestras del asteroide, 5.4 gramos del material más antiguo y puro al que jamás la humanidad ha tenido acceso. En ese material, los científicos han buscado moléculas orgánicas, y los resultados no se hicieron esperar. Ryugu contiene uracilo, una de las cuatro moléculas orgánicas claves que conforman el ARN. Esta molécula, también complementaria del ADN, aunque más sencilla, pudo convertirse en las primeras formas de vida en nuestro planeta.
“La presencia de uracilo en Ryugu es una prueba concluyente de que este compuesto está presente en el material extraterrestre”. “Este hallazgo refuerza más la hipótesis de que las moléculas orgánicas presentes en meteoritos, asteroides y cometas contribuyeron a la evolución prebiótica de la Tierra temprana y posiblemente al origen de la vida en este planeta”, aseguró Yasuhiro Oba, bioquímico de la Universidad de Hokkaido y primer autor del estudio.
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