El astrónomo William Herschel descubrió el planeta Urano en 1781. Solo seis años después, el 11 de enero de 1787, detectó en ese mismo día las dos lunas mayores del planeta: Titania y Oberón, que también son las más alejadas (William Lassell descubriría otras dos, Ariel y Umbriel, también en un mismo día, pero de 1850). Al parecer, Herschel informó asimismo del hallazgo de otras lunas en el sistema de Urano, pero sus afirmaciones no fueron corroboradas. De hecho, las dos lunas mayores solo serían visibles, por espacio de medio siglo, únicamente a través de los instrumentos del astrónomo británico (aunque nacido en Alemania). Hubo, por tanto, quien sospechó de su real existencia, pero Herschel tenía una merecida fama de sagaz observador y excelente constructor de instrumentos ópticos, y sus informes eran correctos.
Dada la enorme lejanía del sistema de Urano (que dista unos 2.800 millones de kilómetros del Sol), es comprensible que virtualmente no hubiera ningún avance notable en el conocimiento de sus lunas, aunque ciertamente su luz fue estudiada y los espectros revelaron una composición superficial fundamentalmente helada para todas ellas.
Titania, al igual que los restantes satélites de Urano, recibió un nombre procedente de personajes recogidos en las obras del dramaturgo y poeta inglés William Shakespeare (aunque también los hay que derivan de obras de otro poeta inglés, Alexander Pope). Hasta entonces, el astrónomo y cervecero William Lassell había denominado como Urano 1 a Titania; aún antes, al descubrirse los otros satélites mayores, el hijo de William Herschel, John, catalogó como Urano II a esta luna, pero Lassell encontró más sensato nombrarlos por su distancia al planeta; de este modo, Titania recibió la denominación de Urano III (Miranda, el satélite más interno, no había sido descubierto aún).
Pero, finalmente, y con acierto, este galimatías de nombres fue solucionado en 1852, cuando el mismo Lassell sugirió a John Herschel que, en lugar de denominar a los satélites con números, recibieran nombres tomados de la literatura inglesa. A Titania, en particular, le fue asignado el nombre tomado de un personaje, la reina de las Hadas, de la obra Sueño de una noche de verano (1595), de Shakespeare.
ÓRBITA Y CARACTERÍSTICAS.
Titania es, de las lunas mayores de Urano, la cuarta en distancia al planeta, solo superada por Oberón. Orbita al mundo anillado a 436.000 km, algo más que la Luna a la Tierra, empleando algo menos de 9 días en dar una vuelta completa, y su excentricidad e inclinación respecto al ecuador de Urano son poco significativas. Al igual que Caronte y Jápeto, las dos lunas que hemos visto en artículos anteriores de esta serie, Titania también tarda lo mismo en girar alrededor de Urano que sobre sí misma, por efecto del acoplamiento mareal, de manera que desde el planeta siempre ven la misma cara de la luna.
Dado que Urano gira alrededor del Sol como “acostado” (la inclinación de su eje de rotación es de nada menos que 98º, mientras que el de la Tierra es de apenas 23º), y por su lejanía al Sol, los dos hemisferios viven 42 años en total oscuridad, y tras ello otros 42 años de completa iluminación.
Titania, como hemos dicho, es la mayor luna de Urano (figura 1), y la octava de todo el sistema solar (solo la superan las cuatro galileanas, Titán, Tritón y nuestra propia Luna). Tras el paso fugaz de la sonda Voyager 2, el 24 de enero de 1986 (primera y única vez que una sonda espacial ha llegado a las proximidades del planeta), en septiembre de 2001 Titania ocultó una brillante estrella, la conocida como HIP 106829, de magnitud visual 7,2. Este fenómeno permitió ajustar con más precisión la medida del diámetro y otras características de la luna. El valor que se obtuvo fue de 1.576,8 km para el diámetro (anteriormente se consideraban valores de 1610 km).
La densidad media, por su parte, alcanzaba valores de 1,6 g/cm3 tras la Voyager 2, pero ahora se acepta un valor ligeramente mayor, de 1,71 g/cm3. Una densidad tal, muy superior a la del hielo, implica que Titania posee, como el resto de las lunas mayores de Urano, una composición que en parte es hielo y en parte rocas y compuestos orgánicos pesados (recordemos el caso de Jápeto, la luna de Saturno, que vimos en el anterior artículo de esta serie: apenas tenía una densidad de 1,1 g/cm3).
Por último, el albedo y el estudio espectral inciden en que, en efecto, la superficie debe estar recubierta por una capa de hielo y sustancias más oscuras. El albedo de Titania, analizando la fotometría obtenida por el telescopio espacial Hubble en 2001, es de 0,35 (la Voyager 2 obtuvo 0,28). Titania, por tanto, tiene un brillo intermedio entre los otros satélites más oscuros, Oberón y Umbriel, y los más brillantes Ariel y Miranda. La superficie es ligeramente roja.
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