Bañobárez es una pequeña localidad salmantina integrada en la comarca de Vitigudino y la subcomarca El Abadengo, que pertenece al partido judicial de Vitigudino. Su extensión apenas es de 50 Km cuadrados y está formado por un único núcleo de población.
En 1981, un agricultor arando el terreno se le enganchó el arado con un trozo de metal del tamaño de una sandía. Del golpe se partió en trozos uno de ellos se lo llevó a su casa donde lo guardó dentro de un tarro de cristal, el resto, como si escoria se tratara, la tiró por los alrededores.
Sin apenas hacerle caso a ese trozo de metal, el campesino continuó manteniéndolo en el frasco durante años, como si de un recuerdo se tratara. De alguna manera Eduardo Martín González, profesor jubilado y fundador del Museo Arqueológico de Lumbrales (Salamanca), lo vio y pensó que podría tratarse de un meteorito. Por la curiosidad de la pieza, consiguió que el campesino le diera el frasco con el trozo metálico. Eduardo se la entregó a Ángel Rolland, investigador del IAA-CSIC, que a su vez, en 2008, se lo entregó a Alberto Castro-Tirado, también investigador del IAA-CSIC. Al poco tiempo de tenerlo, Alberto se lo envió al Dr. Jordi Llorca, de la Universidad Complutense de Cataluña, para hacerle los análisis correspondientes. Tras hacerle las pruebas químicas, el resultado fue positivo, el trozo de metal con el que tropezó el agricultor con su arado, era un meteorito metálico, concretamente una octaedrita tipo IIIAB.
Después de darse el resultado, Jordi y otros investigadores fueron a Bañobárez para intentar recuperar más trozos del meteorito, pero el resultado fue negativo. Tras haber pasado tanto tiempo, nadie se acordaba dónde pudo haberse tirado el resto del meteorito. Se buscó a fondo en la zona donde se encontró y sus alrededores, pero no se llegó a encontrar nada. Una pena para la ciencia meteórica.
Actualmente se encuentra en el Museo Nacional de Ciencias Naturales.
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