El pasado 8 de enero llegaba hasta el laboratorio de petrografía del Museo Canario de Meteoritos una serie de muestras para su análisis, halladas en la frontera Libia-Argelia.
Tras iniciar los estudios preliminares, se observó que una de las muestras mostraba unas características interesantes. Su propietario consideró la posibilidad de que se tratase de una roca lunar, y por tanto se prestó especial interés a la muestra.
si bien la apariencia de la textura interna de la roca no era la que se conocía para los meteoritos lunares, al preparar y analizar la sección delgada se pudo demostrar que era una microbrecha compuesta de diminutos clastos angulares de plagioclasa y piroxeno.
El investigador a cargo de los análisis observó que aquel ejemplar podría tratarse de un tipo raro de meteorito lunar, y en esa dirección se aproximaron dos posibilidades. Una de ellas apuntaba a una troctolita lunar, sin embargo el casi inexistente olivino en la muestra hizo que la segunda opción fuera más plausible.
Esta segunda opción planteaba la posibilidad de que se tratara de una brecha feldespática norítica de las Tierras Altas.
Sin embargo también planeaba la posibilidad de que no fuera un meteorito lunar, sino perteneciente al clan HED de las rocas procedentes de Vesta.
Se llevó a cabo para ello un par de análisis por Fluorescencia de Rayos X (XRF) para obtener los valores químicos de óxidos y elementos traza.
Estos valores permitieron determinar con fiablidad el tipo de roca de que se trataba.
El análisis químico por tanto introdujo claramente el ejemplar dentro del grupo de los meteoritos lunares de las Tierras Altas.
Sus valores MnO/MgO fueron determinantes. Sin embargo había una anomalía interesante en dichos análisis.
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