Las llaman “Lonsdalite”, y pretenden hacerlas pasar ignorantemente por diamante hexagonal, y a su vez por lonsdaleíta, un polimorfo de alta presión del carbono.
La incoherencia química está servida, pero el fraude va más allá. Y es que desde hace unos años venimos viendo a las mafias intentando vender estas bolas de alúmina utilizadas en los molinos de minería como preciadas joyas a las que pretenden dar alguna conexión con los meteoritos.
Y no se cortan un pelo. La ignorancia está servida y se cae por su propio peso, entre otras cosas porque pretender hacer creer que estas bolas son lonsdaleíta, polimorfo del carbono y al mismo tiempo decir que son diamante hexagonal (de por sí una incoherencia, ya que la particularidad hexagonal no es nada de otro mundo, al ser la forma cristalina del diamante) cuya composición química sería carbono puro cristalizado, ha llevado a la comunidad comercial a prestar especial interés a este intento de estafa.
Recientemente y para despejar todas las dudas, se llevó a cabo un análisis por Fluorescencia de Rayos X de uno de estos artefactos artificiales, y los resultados analíticos no dejaron ningún lugar a la duda, más del 90 % de su composición es corindon. Un artefacto industrial fabricado para triturar rocas y otros elementos.
Bolas cuyo valor real queda muy lejos del que los estafadores están pidiendo por ellas a través de plataformas comerciales como eBay o Amazon.
Suscríbete gratis a METEORITOS
Para acceder al artículo completo en la edición digital.