El 28 de Enero de 2017 tuve la oportunidad de exponer 40 piezas de mi colección de meteoritos en la sala ‘Margarita Salas’ del Museo Didáctico e Interactivo de Ciencias (MUDIC), sito en el Campus de Desamparados de la Universidad Miguel Hernández de Elche en Orihuela. A lo largo de 5 mesas puse ordenadamente meteoritos metálicos, condríticos, carbonáceos, acondritas, pallasitas, mesosideritos y pseudometeoritos para que la gente viera la diferencia que hay entre unas piezas y otras. Éstas últimas me sirvieron de apoyo para dar una pequeña charla sobre el reconocimiento de los meteoritos sobre rocas que nos podemos encontrar caminando por la montaña o cualquier otro lugar. Cuando finalizaron los talleres y la charla, se me acercó una de las profesoras que estaban presentes y me contó la historia de la ‘piedra negra’ que le cayó a su padre a finales de los 80 estando trabajando en el campo. Me despertó gran interés y me puse a investigar más preguntando detalles a su padre, pero poco pude sacar más, ya que es muy mayor y ya no recuerda muchas cosas. Al final pude sacar este relato:
SINOPSIA:
Era cerca del mediodía, cuando Fidel P. A. se encontraba cerca de la casa de Los Berenguer en la Finca Las Moreras (Almoradí), cuando escuchó un golpe fuerte en uno de los laterales de la casa, pensaba que se había desplomado algo pero la casa se encontraba en perfecto estado. Lo que sí que se encontró, fue una roca gris oscura de unos 20 cm achatada por los laterales con un aspecto semejante a un balón de rugby que echaba humo (era como el carbón, dice). A su alrededor, en un radio de unos 20 metros, se encontró con más piezas pequeñas con las mismas características. Estaban quemando, las cogió como pudo y las puso en un capazo. Cuando se enfriaron, las llevó al Ayuntamiento para informar de que “habían caído piedras negras del cielo en la casa de Los Berenguer”, un evento que fue registrado en el libro del Ayuntamiento. Un tiempo más tarde, las “piedras negras” fueron expuestas en la localidad de Guardamar, pero desde entonces nadie sabe nada de esas ‘piedras negras’.
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